
El Cáucaso: la muralla natural entre Europa y Asia
Una cordillera extrema donde se cruzan culturas, continentes y cumbres épicas En Top Summits of the World hay cordilleras que nos desafían por su altitud,
Home » La cordillera de Alaska: la montaña en su forma más extrema
En Top Summits of the World hay cordilleras que admiramos por su elegancia, otras por su historia o su simbolismo cultural. Pero la cordillera de Alaska pertenece a una categoría distinta: aquí la montaña no se domestica. Aquí manda el frío, el viento, la distancia y la autosuficiencia absoluta. Este es el territorio del aislamiento, del silencio profundo y de una de las cimas más temidas y respetadas del planeta: Denali.
En este nuevo capítulo de nuestra saga de grandes cordilleras, viajamos a uno de los entornos más salvajes del mundo, donde la altitud se combina con el clima más severo de América del Norte y donde cada ascenso es una prueba física y mental sin concesiones.
La cordillera de Alaska forma parte de un sistema montañoso mayor que incluye también las Montañas Costeras y la cordillera de San Elías. Se extiende principalmente por el estado de Alaska, aunque sus extremos occidentales conectan con Canadá y el territorio del Yukón.
A diferencia de muchas cordilleras europeas o asiáticas, esta región está escasamente poblada, con enormes extensiones de terreno sin carreteras, sin refugios de montaña y sin infraestructura alpina. El acceso a muchas zonas solo es posible mediante avionetas equipadas con esquís, que aterrizan directamente sobre glaciares.
Desde nuestra perspectiva en Top Summits of the World, esto convierte a Alaska en una de las últimas grandes fronteras del montañismo clásico: aquí no hay atajos ni comodidades. Todo se transporta, todo se gestiona, todo depende de la preparación del equipo.
La cordillera de Alaska se formó por la subducción de la placa del Pacífico bajo la placa norteamericana, un proceso tectónico que sigue activo hoy en día. Esto explica no solo la elevación constante de sus montañas, sino también la actividad sísmica y volcánica de la región.
Las montañas de Alaska son geológicamente jóvenes, lo que se traduce en relieves abruptos, picos afilados y enormes paredes verticales. La erosión glaciar ha sido, y sigue siendo, el principal escultor del paisaje: glaciares gigantescos como el Kahiltna, el Ruth o el Muldrow modelan valles profundos y proporcionan las rutas de acceso (y a la vez de peligro) hacia las grandes cumbres.
La vida en la cordillera de Alaska se adapta a condiciones límite. Los inviernos son largos y oscuros, los veranos breves e intensos, y la meteorología puede cambiar en cuestión de minutos.
Una fragilidad que hace que cada expedición deba plantearse con un respeto absoluto por el entorno. En Alaska, el error humano no siempre tiene segunda oportunidad.
En el corazón de la Alaska Range se alza un trío de montañas que nos impresiona por su altitud, su aislamiento y su complejidad alpina. Desde Top Summits of the World consideramos que cualquier proyecto de ascenso en esta cordillera debe mirar con respeto (y ambición) a estas tres cumbres que dominan el macizo central del Parque Nacional Denali.
El Denali, conocido durante décadas como Mount McKinley, es la montaña más alta de América del Norte y de Estados Unidos. Pero lo que realmente la convierte en una de las montañas más temidas del mundo no es solo su altitud, sino su enorme prominencia y sus condiciones extremas.
Denali no perdona errores. Cada temporada se producen rescates complejos y, tristemente, también fallecimientos. A lo largo de la historia, decenas de alpinistas han perdido la vida en sus laderas. Muchos cuerpos han quedado congelados y preservados en los glaciares, algunos visibles durante décadas antes de ser recuperados por el deshielo o por equipos especializados.
Este hecho, lejos de ser morboso, es una muestra brutal de la realidad de esta montaña: Denali es tan fría y remota que incluso la muerte queda suspendida en el tiempo.
Conocido por los pueblos nativos como Sultana (la mujer del Denali), el Mount Foraker es la segunda cima más alta de la Alaska Range, pero su aislamiento, elegancia y dificultad técnica la colocan entre las montañas más imponentes de Norteamérica. Desde muchas perspectivas, es incluso más visualmente impresionante que Denali por su simetría y verticalidad.
A diferencia del Denali, aquí casi no hay “temporada” comercial. Es una montaña solitaria, donde el silencio es tan dominante como la altitud. El Foraker es sinónimo de aventura profunda, de compromiso alpino, de belleza salvaje sin compañía.
El Mount Hunter, o Begguya en lengua indígena (el niño del Denali), es “el pequeño” de los tres… pero probablemente el más técnico. Con sus enormes paredes de hielo, afiladas crestas y rutas mixtas, Hunter es una escuela de alpinismo extremo donde cada metro se gana con técnica y precisión.
Se considera a Mount Hunter como una joya técnica. Una montaña que no todos conocen, pero que todos los grandes alpinistas respetan.
Mucho antes de que los alpinistas pusieran un pie en sus laderas, esta montaña ya tenía nombre. Denali significa “el alto” o “el grande” en lengua koyukon, de los pueblos indígenas athabascos de Alaska.
Para estas comunidades, la montaña no es un objetivo deportivo, sino una entidad viva, un punto de referencia espiritual y territorial. En 2015, Estados Unidos restituyó oficialmente el nombre Denali, abandonando el nombre colonial de Mount McKinley.
Desde Top Summits of the World este gesto nos parece fundamental: entender las montañas también implica respetar su historia anterior al alpinismo moderno.
En Top Summits of the World hemos explorado muchas cordilleras, pero pocas nos han transmitido una sensación de respeto tan profunda como la cordillera de Alaska. No se trata solo del Denali, aunque él sea el gigante: el Mount Foraker y el Mount Hunter conforman junto a él un trío de montañas que encarnan lo más exigente del alpinismo mundial.
Aquí no hay lujos, ni refugios, ni rutas transitadas. Solo hielo, viento y una inmensidad brutal. Cada cima se gana con esfuerzo, logística y paciencia. Y sobre todo, con humildad. Porque en Alaska, la montaña nunca se rinde. Solo te permite subir si estás preparado para todo: frío extremo, aislamiento, riesgo real.
Nuestro sueño de ascender el Denali sigue vigente. Y sabemos que cuando llegue el momento, estaremos listos no solo para escalarlo, sino para escucharlo. Porque hay montañas que se suben… y otras que te cambian. La cordillera de Alaska es, sin duda, de las segundas.

Una cordillera extrema donde se cruzan culturas, continentes y cumbres épicas En Top Summits of the World hay cordilleras que nos desafían por su altitud,

Una travesía por el Atlas, guardianes del desierto y de la montaña En Top Summits of the World hemos recorrido cordilleras que atraviesan continentes, culturas

Una travesía por la cordillera más icónica de Europa En Top Summits of the World tenemos claro que, si hay una cordillera que ha definido