CIMAS
CIMA Nº 25: ARAGATS NORTH (ARMENIA)
ARMENIA
ARAGATS NORTH
25/06/2025
ALTITUD
4.090 m
VICENTE DE LA ROSA Y ANDREU LÓPEZ
NIVEL DIFICULTAD
MEDIO
CRÓNICA
Llego al aeropuerto de El Prat para tomar el vuelo Barcelona – Roma que sale a las 22:00 horas y me deja en la capital italiana a las 00:00. La conexión aérea es horrorosa y el vuelo destino Erevan no sale hasta las 6:00 de la mañana así que tengo unas 3 – 4 horas de “descanso” por las “cómodas” tierras del aeropuerto de Roma – Fimicino.
El vuelo Roma-Ereván supone unas 4 horas de duración que junto con las 2 horas de diferencia horaria con España implican llegar a las 12:00 (hora local de Armenia). Armenia es un país con cerca de más de 3 millones de habitantes de los que 1.100.000 se concentran en la capital. País independiente desde el año ’91 después de la disolución de la Unión Soviética, de quien formaría parte desde el año 1936 en una muy difícil convivencia. Y es que el siglo XX ha castigado brutalmente al pueblo armenio donde permanece muy doloroso en el recuerdo el genocidio perpetrado entre 1915 y 1923, por el Imperio Otomano que acabó con la vida de entre 1,5 y 2 millones de civiles.
En la salida del aeropuerto me espera mi contacto local, Tigran. Contacto con él, a través de Orhan que fue mi guía en la ascensión al Ararat (techo de Turquía) y que trabaja los países vecinos y fronterizos de Turquía (Georgia, Azerbaiyán, Irán así como Armenia).
A partir de la conversación con él, en el vehículo, me doy cuenta del espíritu decadente y derrotado del país y es que las sucesivas y múltiples derrotas acumuladas en los últimos tiempos pesan y mucho. Una de ellas es el monte Ararat que si bien siempre se ha considerado uno de los principales símbolos de Armenia, en 1923 un Tratado entre Turquía y la Unión Soviética adjudicó esta tierra a los otomanos (Armenia ve la montaña del Ararat como una parte histórica y legal de su territorio, e incluso el escudo de armas contine una representación de la estimada montaña).
Tigran es un emprendedor en esta decadencia nacional armenia y ostenta varios negocios y proyectos importantes en forma de alojamientos turísticos además de ser titular del primer y único campo base de montaña del país. Es una persona muy inteligente si bien se le percibe una importante dejadez en las formas así como pocas ganas de tratar con turistas aunque son quienes le dan de comer.
No he dormido en toda la noche así que descanso un par de horas antes de salir a conocer a Erevan. Sobre las 17:30 con el calor más calmado salimos con Tigran a conocer la ciudad. Me presenta la plaza de la República, el Complejo “Cascada” en que queda patente la influencia soviética en la ciudad, la Ópera de Erevan así como la moderna “Avenida Norte” que es la principal calle peatonal de la ciudad y lugar con restaurantes, comercios y hoteles de lujo. No alargamos mucho el paseo ya que mañana toca levantarse pronto e ir rumbo a Azhdahak Base Camp (3.200 metros) propiedad del propio Tigran y que nos servirá para entrenarnos en altura.
Nada más despertarme, conozco en persona a Vicente de la Rosa, en adelante “Vicen”, que será mi compañero en estos días en la aventura por el Cáucaso. Ha llegado a las 4:00 de la madrugada al alojamiento, procedente de Murcia y previamente habíamos hablado del viaje por Whatsapp con muy buen entendimiento; intuyo que será un gran compañero. Es mañana de presentaciones y Tigran nos introduce Garik que será el peón/ayudante estos días. Subimos a nuestro vehículo (una poca discreta furgoneta color naranja estilo soviético, muy auténtica). A medio camino entre Erevan y Azhdahak Base Camp recogemos a Chiara y Matteo, una pareja de italianos que compartirán con nosotros estas 2 días en el campo base.
Azhdahak Base Camp es un proyecto joven con sólo 3 años de vida y todavía poco conocido internacionalmente si bien tiene potencial para acoger a montañeros de todo el mundo ya que el entorno es muy bonito a la vez que presenta variadas posibilidades de ruta.
Comemos algo y debido a que es tarde salimos pronto hacia la excursión del día que nos conducirá al Azhdahak summit a 3.600 metros de altura. Es una subida no excesivamente larga aunque bastante intensa y con una fuerte pendiente. La montaña es un cráter y nos dirigimos a su base en la que existe un precioso lago en el que disfrutamos de un agradable rato con los compañeros italianos y el amigo Vicen.
La excursión habrá supuesto un buen test de altura que nos servirá y mucho por el Aragats North que presenta 4.090 metros de altura. No vamos a dormir muy tarde ya que Vicen prácticamente no ha dormido la noche previa y mañana tenemos un nuevo día de trekking por delante.
Me despierto el primero y aprovecho para completar un breve paseo por el entorno del Base Camp y estirar las piernas antes del desayuno. La excursión de hoy es más larga con unos 15 kilómetros de longitud, si bien a diferencia de la de ayer no presenta prácticamente desnivel y transitamos alrededor de la cota 3.200 metros todo el rato. El objetivo del día es el lago Akna, lugar de peregrinación de los armenios durante los fines de semana y donde presenciamos múltiples barbacoas de las que muy amistosamente por parte de los armenios, nos invitan a tomar parte. Termina la ronda de barbacoas con 5 o 6 vasos de vino dentro de mi cuerpo aunque afortunadamente para mí, la vuelta no presenta irregularidades importantes en el terreno, ya que si fuera así, sería claro candidato a una caída de campeonato.
Llegamos al campamento base a media tarde y satisfechos de las jornadas vividas de montaña así como con la gente y culturas nuevas que hemos conocido. Apuramos las últimas horas en Azhdahak disfrutando de una buena cena y de la compañía del grupo.
Después de un par de días de naturaleza y actividad de montaña, nos espera un día de actividades culturales, arquitectónicas así como de carácter religioso. El día en el Azhdahak Base Camp, comienza al estilo armenio, de forma improvisada, sin horarios y con mucha calma y parsimonia. La idea inicial era salir sobre las 9:30 si bien dejamos la montaña sobre las 12:00 y después de deshacer el tortuoso camino de piedras y hoyos, llegamos a zonas habitadas donde dejamos Chiara y Matteo, la compañía transalpina, que seguirán otro periplo diferente al nuestro.
La burbuja en la que estábamos de desinformación y aislamiento (en el base campo no teníamos ni WI-FI ni en Armenia roaming) acaba y desgraciadamente tomamos conciencia del estado de salud del mundo y en que el diagnóstico es enfermo y hambriento de codicia y de poder. Sigue el genocidio israelí en Palestina (recordemos que el genocidio armenio por parte de los turcos acabó con la vida de 1,5 – 2 millones de civiles inocentes a principios del siglo XX) a la vez que se combina con ataques en Irán, frontera con Armenia y que se encuentra exactamente a unos 50 – 60 kilómetros de distancia. Todo esto nos hace tomar conciencia de la suerte que tenemos de vivir simplemente en paz en nuestras tierras de origen.
Nuestra primera etapa cultural del día la realizamos en el Garni Temple que es el único templo pagano conservado del país y que presenta ciertas similitudes arquitectónicas con el Partenón de Atenas. Muy cerca del Garni Temple se encuentra otra parada muy recomendable en el cañón de Garni y que no es otra que la Sinfonía de las Piedras. La Sinfonía de las Piedras es un curioso accidente geológico, en que debido a la erosión del río, el cañón posee paredes muy conservadas con grandes columnas de basalto, creado así un increíble escenario natural que toma forma de gran órgano.
Después de un almuerzo típico armenio con abundante ración de carne, nos dirigimos al monasterio de Geghard, una construcción arquitectónica única, parcialmente excavada en la montaña adyacente, rodeada por colgantes (desde el año 2000, forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO).
Finalizado un interesante día de templos, monasterios y cultura armenia, llega la hora del retiro y Tigran nos deja en el Camping 3G’s Resort, un fantástico complejo turístico liderado por la holandesa Sandra donde podemos recargar pilas antes de enfocar la parte final del viaje con la ascensión a Aragats Northern Summit.
El descanso nos ha venido muy bien y estamos tan a gusto en este sitio que retrasamos el taxi de regreso a la capital Erevan para poder disfrutar de la piscina del Resort y tomar el sol un rato. El taxi llega puntual a la nueva hora, las 11:00, y nos lleva de regreso a Erevan donde nos espera Tigran. El objetivo del día es poco ambicioso y únicamente consiste en llegar al Lake Kari (3.200 metros) que es el inicio de la ruta e sitio donde acamparemos. Así que en este día de transición, tenemos tiempo libre para ir a visitar los mercados de Erevan, comprar algún “souvenir” así como comprar provisiones para la ascensión al Aragats.
Después de comer, nos reencontramos con Garik, el ayudante de Tigran y prácticamente la única persona que trabaja ya que Tigran, a sus 47 años, únicamente está para beber y comer en cantidades abundantes, para contar billetes y poco más.
Subimos a nuestro icónico vehículo anaranjado que donde quiera que vaya es imposible que pase desapercibido e iniciamos la marcha rumbo al “summit”. En 2 horas de conducción ganamos unos 2.000 metros de desnivel y cuanto más altura ganamos, más tortuoso se transforma el camino. Sin embargo, este camino en tan mal estado, en su final tiene premio para nosotros y es que el Lake Kari (3.200 metros) es un lugar espectacular y precioso. Junto con la magia del lago en el horizonte se divisa el Ararat, techo de Turquía con sus 5.137 metros y que coronamos en julio del año ’22.
Durante el día no nos hemos movido demasiado (únicamente de forma motorizada) y con Vicen, quien ha sido una fantástica compañía en este viaje y con quien nos hemos compenetrado a la perfección, decidimos ir a estirar las piernas en un paseo de 60 minutos antes de cenar.
Cenamos dentro del vehículo ya que fuera hace bastante frío. Un plato inventado por Garik con patata, carne y cebolla (muy bien hecha) nos da calor y energía al cuerpo. Nos retiramos pronto a las tiendas ya que mañana deberemos levantarnos pronto.
Sobre las 7:00 ya estamos transitando con Garik y Vicen. Tigran se queda durmiendo, eso claramente ya le viene grande. El paisaje es muy bonito y pese a la altura superior a los 3.000 metros, todavía podemos ver color verde en el entorno. No tarda en desaparecer el verde, que lo cambiemos por el blanco aunque la nieve no se hunde y podemos progresar sin excesivas dificultades. Llegamos a un cerro desde donde divisamos como si fueran 4 torres de guita el Aragats Este, Oeste, Sur y Norte, siendo este último nuestro objetivo y techo del país con 4.090 metros.
A continuación del cerro, debemos perder unos 250 – 300 metros de cota. Me da cierta pereza bajar caminando así que utilizo mi cuerpo de trineo y me tiro monte abajo. Ni que decir tiene que cojo ventaja a mis compañeros de expedición. Hoy no me estoy encontrando nada bien a nivel gastrointestinal (con varias paradas técnicas para “expulsar”) así que es necesario optimizar esfuerzos.
Perdida altura, ahora sí que en el horizonte divisamos claramente la cima y en que tendremos que progresar alternando entre tramos con nieve y otros en que ésta se puede esquivar. La verdad es que la experiencia de otros años con destinos de altura como los Andes (Bolivia y Chile por encima de los 6.500 metros), los Alpes el año pasado ’24 (por encima de los 4.500 metros), el Kilimanjaro (prácticamente 6.000 metros) o bien el Ararat (5.200 metros) afectan a mi memoria montañosa en positivo y en absoluto noto el transitar por la cota de 4.000 metros en forma de mal de altura.
Me siento muy satisfecho también a nivel físico. Desde octubre del año ’24 pasado hasta marzo de este año ’25, he tenido importantes molestias a nivel de rodilla (consecuencia de una mala práctica profesional de un guía de montaña, Ivan Moshnikov) que me han creado importantes dudas sobre mi continuidad en la montaña y alcanzar una cumbre de 4.000 metros es un muy buen indicador de que estos problemas empiezan a ser pasado, historia y que me acerco a un óptimo estado de forma.
Llegamos a 4.090 metros y lo celebramos con Vicen. Él no está tan acostumbrado al trekking pero lo cierto es que es un crack y un todoterreno en múltiples y muy diferenciados ámbitos y campos de la vida. La bandera de TSOW se fusiona con el cielo y el techo de Armenia en la que supone la 25ª conquista de un techo mundial, un hito nada despreciable y que me llena de felicidad y orgullo. Como aventurero y montañero que me considero, es una buena huella todo este recorrido completado hasta aquí y espero poder seguir avanzando en este proyecto que tanto me llena el espíritu y la mochila de vida.
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